miércoles, 21 de octubre de 2009

Tomar agua o comer chocolate alivian el dolor

Primero se pensó que el efecto lo causaba la glucosa, pero una nueva prueba realizada por la Universidad de Chicago demostró que el vital elemento produce los mismos efectos que el cacao.

Investigadores estadounidenses descubrieron que comer chocolate, algo dulce o placentero contribuye a aliviar el dolor. El estudio divulgado por la revista Journal of Neuroscience es el primero que demuestra un efecto analgésico natural mientras se come.
La investigación fue dirigida por la profesora de neurología de la Universidad de Chicago Peggy Mason y el investigador en neurobiología Hayley Foo, quienes determinaron que el chocolate o cualquier alimento azucarado que dé placer, activa una parte del cerebro que alivia el dolor. Sin embargo, también demostraron que el agua tiene el mismo efecto.
Estudios anteriores señalaban que comer podía aliviar el dolor, en cambio Mason y Foo relacionan directamente el comer o beber como analgésico, sin tener hambre o sed.
El experimento consistió en dar de comer a las ratas un trozo de chocolate, agua edulcorada o agua normal mientras calentaban el suelo de la jaula. Los animales reaccionaron levantando la pata del suelo rápidamente, sin embargo, cuando estaban comiendo o bebiendo su reacción era mucho más lenta, independientemente de que fuera chocolate o agua, demostrando “que no tiene nada que ver con la ingesta de calorías”, según la profesora Mason, quien además recuerda que “el agua no tiene calorías, la sacarina no tiene azúcar, pero ambos tienen el mismo efecto que los trozos de chocolate”.
Un animal, al ingerir una comida azucarada o una bebida, produce menos niveles de glococorticoide como respuesta a una situación de estrés. En cambio, si ingieren quinina, una bebida amarga, los animales reaccionaron igual que cuando no estaban comiendo. Por lo tanto, cuando se les da una comida azucarada o una bebida, los ratones disminuyen la producción de glococorticoide como respuesta a una situación de estrés.
Se debe a que una parte del cerebro llamada raphe magnus interactúa para aplacar el dolor mientras los animales comen y beben y se trata de la misma zona que interviene aliviando cuando se duerme o cuando se va al servicio.
Es el primer estudio que demuestra este efecto analgésico natural al ingerir alimentos o líquidos, incluso si no tienen apetito, pero sólo si se trata de algo placentero.
Para Mason el efecto demostrado en ratas también puede presentarse en personas.

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